A Manuel Jimenez alcalde no le dieron ni un dia de paz.
La mezquindad de algunos del partido en que milita, llevados por el deseo de presionar para morder el presupuesto o bien porque se plantearon su temprana sustitución, se embarcaron en planes a veces caóticos de oposición interna.
Estos van, desde las altas esferas del partido en el municipio hasta dirigentes llamados Luisistas que ambicionan ahora, la propia silla del alcalde.
Pronto saltaron los temas de empleos y movilizaron a grupos que fueron llevados incluso a hacer piquetes pues, siempre, absolutamente siempre, los grupos tienen líderes y logística, obedecen no a lo que se pide sino a lo que se oculta, solo hay que saber quien mueve los hilos del muñero.
Mientras, Manuel Jimenez se encontró que ni todas las personas que tenia a su alrededor eran tan capaces ni podrían tener los mismos sueños que él entonces, se sabe que algunos directores y funcionarios del primer nivel están en política, en vez de acompañar al Alcalde en los deseos de ordenar la ciudad aunque sus formas no sean hasta ahora óptimas o correctas, incluso, ambas incluisive.
Hoy el alcalde rueda una Alcaldía que posee gasolina con grandes basuras dentro que le impide tomar la velocidad deseada, junto con el colapso de la recogida de desechos sólidos por un «mountro» que no logró ver llegar no obstante sus antecesores haber pasado por etapas similares y ese error, no importa sea de quién sea la culpa, por la no previsión, se lo debe anotar como fracaso administrativo.
La organización del Mercado del Almirante va por la mitad y con una amplia falta de transparencia que, seguro, ayudaría a saber qué se hace allí a lo interno dado el poder de los enemigos dentro, las avenidas están repletas de invasores de espacios públicos a pesar del esfuerzo hecho y no hay una calle que aun cambiara de dirección en la necesaria reestructuración de la ciudad.
Sin embargo, lo más significativo desde los errores cometidos es que mientras el pueblo de Santo Domingo Este ve trabajar la Alcaldía, a sabiendas que es cuesta arriba, Manuel no ha acudido al gran tegido social del municipio que él mismo conoce y que sus adversarios son incapaces, y lo serán, de movilizarlo pues estas masas inmensas que fueron al final quienes le dieron el triunfo colocan la ciudad por encima de la política por lo que ningún deseoso sustituto posee en poder de movilizarlas y Manuel lo logró pero ahora, gracias al ejercicio sorprendido del poder, no ha acudido a ellas y menos, ha tenido quien a su nombre, las movilice.
Manuel, como nadie, conoce Santo Domingo Este, sabe donde está la gente buena, no importa cuál sea el credo, partido, barrio, sexo, él, los conoce y estos solo esperan que este les de participación social en la gestión, como se merecen, sin que se hable de empleos pues la sociedad espera una alcaldía no una agencia de estos.
No hay que esperar a mañana.
Se ha hecho mucho pero por pocos, no se ha logrado hacer partícipe al pueblo de la ciudad de las obras, no se les ha comunicado, por un lado, la Alcaldía con todavia pésima comunicación y por otra, el pueblo y su gran estructura social, esperando el comienzo de un encuentro e interacción, que no llega.
El éxito de la gestión es de todos… ya vendrán los tiempos de política y la campaña fraticida, llena de promesas casi siempre luego, incumplidas, pero la ciudad, descuidada por décadas, necesita trabajar y la responsabilidad es de todos, más allá de un alcalde, regidores, un partido, y las mezquindades de mentes primitivas que no logran saber cuáles son las prioridadades.
Cuesta trabajo acostumbrarse a conducir un nuevo automóvil y que no se salga del carril pero ahi va, con mucha dificultad, Manuel.